El Queso de Burgos y el de Villalon, pierden el frescor enseguida y a veces si no se consumen en 24 horas acabamos tirándolos por que se secan.
Para evitarlo hay un truco muy sencillo a emplear desde que llegamos a casa y que los mantendrán frescos y apetecibles.
En un recipiente de cristal con tapa ponemos el trozo de Queso que hemos comprado y lo cubrimos con agua y sal y lo tapamos y ponemos en el frigorífico. Esto hará que se mantenga como recién comprado hasta tres o cuatro días.
Importante, hay que cambiar el agua con sal cada 24 horas.
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